domingo, 19 de marzo de 2017

Escritura Creativa

1 de Octubre del año 2016.

Blanco. Veo un foco de esperanza al final del túnel. Sé que no ha llegado mi hora y es por esto por lo que estoy más tranquilo. 

Suena la alarma. Las 5:09. Hora de trabajar, tengo muchas personas que me necesitan en sus vidas, para mantenerlas o incluso salvarlas.

Mi nombre es Iñigo, tengo 28 años. Hay aspectos de la vida en los que me ha ido muy bien, como por ejemplo, terminar la carrera de Enfermería y encontrar trabajo en el Hospital Universitario de Santander, pero otros en los que no tanto. 

Hace mucho del Enero de este año pero hoy me dispongo a escribir mis memorias, nunca es tarde para escribir. Fue un propósito que me marqué a principios de año, pero tengo una vida muy ajetreada o, mejor dicho, soy muy vago.

Hoy el Hospital está tranquilo, eso es una buena señal. Claudio se acerca.

Claudio es mi mejor amigo, llevamos juntos desde los 3 años, increíble pero cierto. Nos conocimos en el colegio porque yo le robaba su merienda, hasta que un día su madre le preparó dos: una para él y otra para mí. Desde ese instante se forjó una amistad que continúa hasta hoy en día.

Claudio y yo trabajamos en la misma planta, la diferencia es que él es el cirujano y yo soy enfermero, pero al menos nos vemos y tomamos juntos el descanso. 

Nunca me ha gustado compararme con los demás, pero si lo tuviera que hacer con él, le tendría mucha envidia. Sí es verdad que es mi mejor amigo pero me ha arrebatado todo en la vida: cuando hicimos selectividad, el quedó en el puesto número 100 y yo en el 101 y es por eso por lo que no pude estudiar Medicina y él sí…si no le hubiera dado la respuesta a la pregunta número 3 de Matemáticas, esto podría haber sido al contrario. Está saliendo con Patricia, sí, mi novia del Instituto y además de todo esto, su padre despidió a mi madre de la Empresa por motivos que la gente desconoce. En resumen, me ha arrebatado muchas cosas, pero yo no le guardo rencor, lo quiero, porque es como mi hermano.

10 de Octubre de 2016

Llevo varios días sin escribir. Soy consciente. No he tenido fuerzas después de esa carta…esa carta que en realidad era una invitación para la boda de Claudio y Patricia. Será imbécil, mira que no decirme nada, a su mejor amigo. No puedo continuar con esto.

Y ella, después de todo lo que hemos vivido, que no sea capaz de decirme nada. Que se pudran.
11 de Octubre de 2016

Hoy es un nuevo día, lo que supone una nueva perspectiva. El cielo está despejado, hoy no hay lluvia.

He quedado a comer con Claudio y Patri, quiero hablar con ellos sobre todo lo que va a ocurrir, es algo en lo que estoy involucrado, por esas razones…

Bueno, esto no lo va a leer nadie así que seré más explícito. Hace unos meses, Patri y yo empezamos a vernos a escondidas, por eso que tuvimos en el Instituto. El amor siempre ha estado presente entre nosotros dos. El caso, llevamos 5 meses quedando a espaldas de Claudio y ahora me viene con la historia de que se va a casar. Pues como que no lo entiendo.

Voy al encuentro de lo más calmado, me he tomado un té verde y dejaré que ellos me cuenten toda la historia para al final poder intervenir.

En realidad, todo esto me da pena. Me da pena ser esa tercera persona que destruye una relación, pero que en realidad es una mentira. 

1 de Noviembre de 2016

Lo dejo.



Los días pasan y ya no le encuentro motivo a mi vida. He intentado escribir mis memorias y no lo he conseguido. Soy un inútil, no tengo sentido en este mundo.

La mujer de mi vida se va a casar con mi mejor amigo, mis padres ya no me cogen el teléfono y en el trabajo…bueno, al menos tengo trabajo.

Y aquí me encuentro, en el altar de una Iglesia donde el cura pronuncia las palabras “que hable ahora o calle para siempre”. Para siempre ¿no es eso mucho tiempo? ¿Me debería callar o debería hablar? Mejor pasar página y hacer como si nada de esto hubiera ocurrido.

Pero de repente la veo y no, no es Patricia, es la mujer más hermosa de este mundo, sentada, espectante, con lágrimas en los ojos por la emoción que el momento supone. Su rostro es blanco como el mármol y desprende un brillo como el que traspasa por los cristales de un enorme ventanal en una tarde otoñal. Es ella y me está mirando.

El tiempo se para. Otra luz blanca.

Me despierto y me encuentro rodeado de personas que no conozco, inmóvil y con una presión terrible en mi cuerpo. “Relájese Señor Savas, ya hemos terminado por hoy”.
No sé que quieren decirme con esas palabras. ¿Terminado? ¿El qué?

Y es en ese momento cuando empiezo a recordar, empiezo a visualizar todo lo que hice, el mal que causé en esas personas, en esa Iglesia una tarde de cualquier mes de Otoño. 

Intento moverme pero una camisa me lo impide. Tengo que hablar con alguien, tengo que volverla a ver.

Una enfermera me tranquiliza mientras le digo que tengo que verla y ella, cansada de la misma historia de siempre me responde muy amablemente “Ella no existe Señor Savas, ella es producto de su imaginación”


El mundo se derrumba ante mis pies y rompo en lágrimas, ¿quién era?¿quién soy?.

1 comentario: